Por la propia configuración de sus elementos el cable
radiante es lo más versátil en el campo de la calefacción,
tanto para la obtención de confort como para su utilización
en la industria. Aunque es instalable a posteriori, la máxima
eficacia se obtiene aplicándolo en los edificios de nueva
construcción, donde no interfiere en absoluto las diversas
fases de la obra ni exige operaciones o materiales que no estuviesen
ya previstos en el proyecto original. Por el contrario, generalmente,
ahorra materiales, obras o espacios previstos para otras instalaciones.